martes, 28 de abril de 2015

Trofeo Julio Verne (Trophée Jules Verne)


Quiero haceros un pequeño recorrido por el mundo de los récords a vela y este trofeo, los resume a todos. No voy a hacer toda una lista de las distintas modalidades de récords que se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Simplemente quiero hacer una reflexión de lo que representa en este caso, el Trofeo Julio Verne.
Por si alguno/a no lo sabe, este trofeo no se trata de una regata, que como es habitual en el mundo de la vela oceánica, se celebre cada 4 o 2 años. Realmente es otra idea. Se trata de una circunnavegación de oeste a este, en el momento que uno (o unos) quieran y en menos de 80 días (siguiendo la idea de Julio Verne en hacer la vuelta al mundo en 80 días plasmada en la novela La vuelta al mundoen ochenta días). Simplemente hay que pagar la inscripción y cumplir las normas que la organización ha establecido:

1.- La embarcación solo puede desplazarse mediante la fuerza del viento y la de la tripulación.
2.- No hay límite en la tripulación
3.- La vuelta al mundo es sin parar y sin ayuda externa
4.- Se deben de respetar las normas de seguridad.

La idea de este trofeo, vino de la mano de Yves Le Cornec pero no se establecieron las normas hasta 1990. Para ello se creó el Consejo Mundial del Récord de Velocidad a Vela o (World Sailing Speed Record Council). En este, formaron parte: Peter Blake, Florence Arthaud, Jean François Coste, Yvon Fauconnier, Gabrie Guilly, Robin Knox-Johnston, TitouanLamazou, Yves Le Cornec, Bruno Peyron, Olivier de Kersauson y Didier Ragot.
La línea de salida está establecida entre el faro de Créac'h, en la isla de Ouessant (Francia), y el faro de Lizard, en el Reino Unido.

La verdad es que lo curioso es el trofeo. Este, está expuesto en el Museo Nacional de la Marina en París y está patrocinado por el Ministerio de Cultura Francés. Cuando leí este dato, la verdad es que me di cuenta (una vez más) de las grandes distancias que hay entre un país y otro. Cuando vi, que el propio ministerio había pagado el trofeo (obra del arquitecto americano  Thomas Shannon), me di cuenta del significado simbólico que ello tiene en el mundo de la vela. No se trata de una aportación económica, sino que se trata del apoyo de una sociedad a un deporte. Y es que además, solo hace falta ver los atrevidos que han intentado y han batido el récord (que por cierto, ostenta Loïck Peyron con el trimarán Banque Populaire, en la friolera cifra de 45 días, 13 horas, 42 minutos y 53 segundos. Conseguido en 2012). De 8 récords conseguidos, 7 han sido de la mano de franceses. El récord restante, fue a manos de Robin Knox-Johnston y Peter Blake (Inglés y Neozelandés respectivamente).

Como ya he ido apuntando en los últimos artículos que he ido escribiendo (véase: Barcelona World Race: ¿3 ediciones más? o Barcelona World Race: El Futuro), la cultura de la vela, lleva a más cultura. La cultura y la tradición, hacen que en unos lugares u en otros se practiquen unos u otros deportes, al igual que ocurre con infinidad de otras cosas. Lo que pasa es que todo esto hace que la sociedad tenga, en este caso la vela, muchísimo más integrada en el día a día y entiendan la importancia que tiene embarcarse en hacer una MiniTransat, la Route du Rhum o la Vendée Globe. Son hazañas impresionantes que vistas desde fuera, sin tener ni idea de navegar, tendrían que ser reconocidas como tal. Si viviéramos en una cultura volcada al mar, como la francesa, la inglesa o la de los países del norte de Europa, tendríamos una industria alrededor de este sector. Pero para que eso pase, primero, tenemos que tener unas instituciones y una voluntad política para que esto ocurra. La verdad es que puede que se me critique las ganas de imponer algo que, culturalmente, no tenemos. Pero lo que no acabo de entender es como un país como el nuestro, que si algo tenemos es mar, no vive de cara a este. Solo vivimos de cara a las playas. Vivimos de cara a la cultura del sol, la sangría y los pelotazos inmobiliarios.

Señoras y señores, me propongo mejorar la imagen de este deporte e intentar hacer de este, algo cada vez más conocido, respetado y practicado. Esta es mi voluntad y mi granito de arena para este blog.

Estamos en camino pero nos quedan muchas millas por delante.

Amigos y amigas, Let’s Go Sailing


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